Un estudio de intervención nutricional para evaluar la eficacia de la dieta mediterránea en la prevención de enfermedades cardiovasculares revela que la dieta mediterránea complementada con aceite de oliva virgen extra o con frutos secos ayuda a desminuir el perímetro de la cintura y los niveles de glucosa en sangre.
Tras un seguimiento de casi cinco años un estudio de intervención nutricional ha revelado que las personas que siguieron una dieta mediterránea complementada con frutos secos y aceite de oliva lograron disminuir los síntomas del síndrome metabólico, un conglomerado de alteraciones asociadas a la obesidad abdominal. Entre esta
s alteraciones figura la presión arterial alta, niveles bajos en sangre de colesterol HDL (colesterol 'bueno'), unos niveles elevados de triglicéridos y concentraciones altas de glucosa en la sangre.
De hecho, tal como apunta la Dra. Nancy Babio, coautora del trabajo liderado por el Prof. Jordi Salas-Salvadó, de la Unidad de Nutrición Humana de la Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud de la Universidad Rovira i Virgili (URV), en el estudio se ha podido demostrar que la dieta mediterránea complementada con aceite de oliva virgen extra o frutos secos se asocia a una menor prevalencia de síndrome metabólico en comparación con una dieta baja en grasa.
En el ensayo clínico, cuyo objetivo era evaluar la eficacia de la dieta mediterránea en la prevención primaria de enfermedades vasculares, ha sido publicado en la revista Canadian Medical Association Journal. En él han participado investigadores de 16 universidades e instituciones españolas.
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