El investigador Gary Beauchamp descubre que el virgen extra tiene propiedades similarse a las del ibuprofeno
Un picor en la garganta fue el punto de partida de un descubrimiento apasionante, la clave para que el doctor y psicobiólogo Gary Beauchamp, investigador del Monell Center Filadelfia , se percatara de que el aceite de oliva virgen extra y el ibuprofeno comparten propiedades farmacológicas. Especialista en investigaciones interdisciplinarias básicas del gusto y el olfato, Beauchamp se encontraba en Sicilia por cuestiones de trabajo cuando le ofrecieron probar el aceite, que bebió de un solo trago. No tardó en darse cuenta de que la sensación que sentía en su faringe era exacta a la de cuando se toma ibuprofeno. La bombilla se encendió. En ese momento, era tan sólo una sensación, una idea excitante, pero nada descabellada. El doctor ya era conocedor de los innumerables beneficios de la mundialmente conocida Dieta Mediterránea para la salud y no tardó en comenzar a hacerse preguntas, que se amontonaban en su cabeza: ¿Hasta qué punto es determinante el aceite de oliva en el éxito de esta poderosa dieta? Más de lo que a priori puede parecer.
Terminó su estancia en la ciudad italiana y regresó a Estados Unidos en busca de respuestas, y las encontró. Dio a probar el aceite que él había tomado a un compañero y éste le preguntó: «¿Por qué has puesto ibuprofeno en el aceite?». Ambos entendieron entonces que tenían entre manos algo grande. Gary Beauchamp y su equipo han descubierto, tras un exhaustivo estudio que ha durado seis años, que el aceite de oliva virgen extra de alta calidad tiene una molécula en común con el ibuprofeno y que efectivamente tiene un poder antiinflamatorio, aún más favorable si cabe al ser natural y sin efectos secundarios. Así nació el Oleocanthal (OC), que es el nombre científico.
«Lo más sorprendente y atractivo ha sido descubrir esta propiedad farmacológica por casualidad y a través del gusto, lo que viene a demostrar el altísimo poder de los sentidos en el campo de la medicina», comenta Gary Beauchamp. El doctor incide en la importancia de las catas: «El ser humano puede dar más información y ser más objetivo que el análisis de una máquina. El descubrimiento del Oleocanthal es, sin duda, el estudio más excitante que he realizado a lo largo de mi carrera y no sólo por su carácter azaroso, sino porque supone un beneficio para la salud mundial».
No va desencaminado, ya que es una obviedad que el aceite de oliva virgen extra, como elemento fundamental de la dieta mediterránea, tiene propiedades medicinales beneficiosas que previenen enfermedades cardiovasculares, cáncer o alzheimer.
Incluir aceite de oliva virgen extra en la dieta diaria, por tanto Oleocanthal, implica consumir una pequeña dosis de un antiinflamatorio natural con las ventajas médicas derivadas de ello; eso sí en un nivel de prevención, no como tratamiento. Este polifenol «no es para dolores sino un elemento funcional de prevención a largo plazo. Ayuda a que el organismo se defienda mejor ante enfermedades», puntualiza el científico. Y añade: «Lo de funcional quiere decir que es un alimento normal con sus propiedades nutricionales concretas pero que además tiene un valor añadido, algo más que lo hace beneficioso para la salud ya sea física o mental. El aceite de oliva es el único del mundo, ya que es 100% natural y ecológico».
Un paso al frente, cualitativo y cuantitativo, ya que no hay que olvidar que España es principal productor del mundo de aceite de oliva, un éxito en el que la provincia de Córdoba también tiene mucho que ver. Por tanto, cualquier nuevo descubrimiento acerca de sus propiedades saludables es todo un triunfo.
Fuente: abc
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